La Gestión de Héctor Valdez Albizu: Un Reconocimiento a su Trabajo, pero con un Llamado de Atención al Gobierno

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La economía de la República Dominicana enfrenta una serie de retos estructurales que van más allá de lo que pueda manejar solo el Banco Central. En este contexto, la gestión de Héctor Valdez Albizu al frente del Banco Central ha sido fundamental para controlar los efectos de la volatilidad externa, intervenir en el mercado cambiario y aplicar políticas monetarias que han buscado mitigar la inflación y mantener cierta estabilidad. Su esfuerzo no puede ser ignorado ni minimizado, especialmente en tiempos de incertidumbre global, como los que atravesamos.
Sin embargo, es fundamental que la administración del gobierno no caiga en la tentación de ver esta intervención del Banco Central como una solución mágica a todos los problemas económicos. Es cierto que Valdez Albizu ha tomado decisiones difíciles, como elevar las tasas de interés en respuesta a la inflación, lo que ha ayudado a mantener cierto control sobre la depreciación del peso dominicano. No obstante, las soluciones a los problemas económicos de fondo requieren mucho más que medidas de política monetaria.
Los Problemas Estructurales de la Economía Dominicana
Los datos no mienten. En 2022, la tasa de inflación en la República Dominicana fue de 8.5%, lo que generó un aumento significativo en los precios de productos básicos, afectando el poder adquisitivo de la ciudadanía. Este incremento de precios, combinado con la devaluación de la moneda, impactó directamente en la calidad de vida de los dominicanos.
Además, la balanza comercial del país ha sido consistentemente deficitaria. En 2023, este déficit alcanzó más de 8 mil millones de dólares, lo que significa que el país sigue importando más de lo que exporta. Este desequilibrio es un factor clave en la presión sobre el tipo de cambio, ya que crea una constante demanda de dólares para pagar importaciones, mientras que las exportaciones no logran generar suficiente flujo de divisas para contrarrestar este efecto.
A este panorama se suma el tema de la deuda externa. A finales de 2023, la deuda externa de la República Dominicana alcanzaba aproximadamente 43.8% del PIB, lo que refleja una carga creciente para las finanzas del país. El gobierno sigue recurriendo a la emisión de deuda para financiar proyectos y cubrir déficit fiscal, lo que genera una presión adicional sobre la economía.
Por otro lado, el aumento de las tasas de interés como medida del Banco Central para controlar la inflación tiene efectos adversos en la economía real. Si bien estas acciones son necesarias para evitar una mayor depreciación de la moneda, también encarecen los préstamos y limitan la capacidad de consumo e inversión de los ciudadanos y las empresas.
El Desafío: ¿Qué Más se Puede Hacer?
No podemos ignorar que el Banco Central y Héctor Valdez Albizu no tienen una «varita mágica» para solucionar los problemas estructurales del país. La intervención del Banco Central, aunque crucial, no puede ser la única herramienta para enfrentar la inflación, la devaluación de la moneda y el déficit comercial. Los problemas son profundos y requieren una acción concertada y un compromiso real de parte del gobierno.
Es urgente que el gobierno dominicano tome medidas adicionales en varios frentes. En primer lugar, es necesario atacar el déficit comercial promoviendo políticas que impulsen la producción nacional y fortalezcan las exportaciones. El país necesita diversificar sus sectores productivos y buscar nuevas fuentes de ingreso, además de reducir su dependencia de las importaciones. Esto no solo aliviaría la presión sobre la moneda, sino que también podría crear empleos y fortalecer la economía interna.
En cuanto a la deuda externa, es fundamental que el gobierno busque soluciones para reducir su carga financiera y, a su vez, impulse la inversión pública en proyectos productivos que generen ingresos sostenibles en el mediano y largo plazo.
El gobierno también debe centrarse en reducir la inflación mediante la mejora de la oferta de bienes y servicios, controlando los precios de productos básicos, y ofreciendo incentivos fiscales a las pequeñas y medianas empresas. Solo a través de una política fiscal más activa se puede reducir la dependencia de la política monetaria del Banco Central.
Un Llamado a la Responsabilidad
Finalmente, hacemos un llamado al gobierno dominicano para que deje de minimizar los problemas y asuma con responsabilidad los desafíos que enfrenta la economía del país. La gestión de Héctor Valdez Albizu es, sin duda, un esfuerzo valioso, pero el gobierno no puede delegar toda la carga sobre el Banco Central ni ofrecer excusas en lugar de soluciones reales.
Es el momento de actuar de manera responsable y tomar decisiones políticas que vayan más allá de las medidas temporales. La estabilidad económica del país requiere un esfuerzo conjunto, no solo de la autoridad monetaria, sino de todas las instancias gubernamentales. No se puede seguir confiando en que la intervención de un solo actor, por muy competente que sea, resolverá los problemas estructurales que afectan a la economía dominicana. ¡El gobierno debe ponerse las pilas y actuar con responsabilidad!