El Gobierno de las Promesas Vacías: La Crisis de Gestión de Luis Abinader

 

El Gobierno de las Promesas Vacías: La Crisis de Gestión de Luis Abinader

En la República Dominicana, las promesas de campaña suelen ser el anzuelo perfecto para captar votos, pero ¿qué sucede cuando estas promesas se convierten en un espejismo? El gobierno de Luis Abinader, que llegó al poder con un discurso de cambio y progreso, enfrenta hoy una realidad que pone en evidencia su incapacidad para gobernar y cumplir con las expectativas que generó.

Dos casos recientes ilustran esta crisis de gestión. Por un lado, Milton Morrison, director del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intrant), denunció ante el Senado que los accidentes de tránsito se han convertido en una «pandemia silenciosa» en el país. Según Morrison, la falta de agentes de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) es uno de los principales factores que contribuyen al caos vial. En el Distrito Nacional, por ejemplo, hay más de un millón de vehículos, pero solo 377 agentes disponibles para hacer cumplir las leyes de tránsito. Esta alarmante cifra no solo refleja una falta de planificación, sino también una indiferencia hacia la seguridad de los ciudadanos.

Por otro lado, Faride Raful, ministra de Interior y Policía, admitió que la Policía Nacional enfrenta serias limitaciones de personal para responder a la violencia que azota al país. Aunque Raful asegura que se están tomando medidas para fortalecer la institución, los resultados son, hasta ahora, insuficientes. La falta de policías no solo pone en riesgo la seguridad pública, sino que también evidencia una desconexión entre las promesas de campaña y la realidad.

Ambos casos son un reflejo de un gobierno que parece estar improvisando en lugar de liderar con una visión clara y efectiva. Durante su campaña, Abinader prometió un país más seguro, con instituciones fortalecidas y una gestión transparente. Sin embargo, la falta de agentes de tránsito y policías demuestra que estas promesas no eran más que palabras vacías diseñadas para ganar votos.

La pregunta que surge es: ¿qué está haciendo el gobierno para solucionar estos problemas? Hasta ahora, las respuestas han sido vagas y los resultados, inexistentes. Mientras tanto, los ciudadanos continúan enfrentando una inseguridad creciente y un sistema de tránsito caótico que pone en peligro sus vidas.

Es hora de que el gobierno de Luis Abinader asuma su responsabilidad y deje de culpar a las administraciones pasadas o a la falta de recursos. Los dominicanos merecen un liderazgo que no solo prometa, sino que también cumpla. Porque gobernar no es solo ganar elecciones; es trabajar incansablemente para mejorar la vida de los ciudadanos.

 

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