ABEL MARTÍNEZ PARACE QUE OLVIDÓ ALGO.

En este análisis, abordo las recientes declaraciones del excandidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Abel Martínez, quien ha expresado su descontento con la cúpula de su partido, asegurando que lo dejaron solo durante la campaña electoral. Sin embargo, la gran pregunta es: ¿por qué Abel Martínez no asumió una postura más firme en defensa de su organización política cuando fue candidato?

Durante la campaña, el PLD enfrentó una persecución política sin precedentes, con el apresamiento de figuras clave como Gonzalo Castillo, José Ramón Peralta y Donald Guerrero. Estos ataques, orquestados desde el gobierno y ejecutados a través del Ministerio Público, fueron un golpe directo a la estructura del partido y a su capacidad de movilización electoral. Sin embargo, en lugar de denunciar con fuerza estos atropellos, Abel Martínez optó por el silencio y el distanciamiento, evitando confrontar al gobierno con la firmeza que la situación ameritaba.

Uno de los principales errores de su candidatura fue no señalar abiertamente la manipulación judicial como un arma política del gobierno de Luis Abinader. Mientras otros dirigentes del PLD sí alzaron la voz contra estos abusos, Abel prefirió mantenerse al margen, debilitando la imagen del partido y permitiendo que la narrativa gubernamental se impusiera en la opinión pública.

Otro punto clave de su fracaso electoral fue la falta de una estrategia de oposición efectiva. El PLD le entregó una organización con una base sólida, pero su campaña careció de liderazgo y dirección clara. Mientras el pueblo reaccionaba contra los abusos del gobierno en movilizaciones como la de la avenida Pedro Livio Cedeño, Abel Martínez no capitalizó ese descontento ni lo convirtió en una fuerza política real.

Ahora, después de la derrota electoral, Martínez critica a la cúpula del partido y habla de la falta de recursos en la campaña. Pero la realidad es que el PLD estaba en condiciones de dar una batalla mucho más fuerte si su candidato hubiera tenido la valentía de enfrentar al gobierno con determinación. No es la falta de recursos lo que debilitó su candidatura, sino la falta de liderazgo.

Además, resulta contradictorio que, tras perder las elecciones, Abel Martínez haya optado por reunirse con sus adversarios en lugar de replantear una estrategia de oposición firme. Su postura ambigua y su falta de acción durante la campaña han dejado un vacío de liderazgo en el PLD y han facilitado la estrategia del gobierno de debilitar a la oposición.

En conclusión, si Abel Martínez quiere abandonar el PLD, que lo haga, pero que no intente justificar su falta de liderazgo con críticas a la dirigencia del partido. El PLD tenía todo para regresar al poder, pero su candidato no supo enfrentar los desafíos con la firmeza necesaria. Mientras algunos nos jugamos la piel en la oposición, otros prefirieron el silencio y la inacción.

🔴 Mira el video completo para un análisis sin filtros sobre el futuro del PLD y la verdadera oposición al gobierno.

Comparte con tus amigos:

RSS
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
FbMessenger
¡La URL se ha copiado correctamente!